miércoles, 10 de abril de 2013

Autorretrato en la frontera entre México y los Estados Unidos 1932


El Venado Herido 1946


Hernry Ford Hospital (La Cama Volando) 1932.


 

 

Óleo sobre metal 30.5 x 38 cm.
Colección de Dolores Olmedo Patiño. Ciudad de México, México.

 

El 4 de Julio de 1932 sufrió un aborto natural en el hospital Henry Ford en Detroit. En este turbador trabajo Frida se pinta a si misma acostada en una cama de hospital después  del aborto. La figura en el retrato esta desnuda, las sabanas que se ven detrás están ensangrentadas y una gran lagrima cae de su ojo izquierdo.

La cama y su triste habitante flotan en un espacio abstracto, rodeado por seis imágenes en círculo relacionadas con el aborto. Todas las imágenes están ligadas a filamentos de color rojo sangre, que ella aguanta contra su estomago, como si fueran cordones umbilicales.

La imagen principal es un feto masculino perfectamente formado, el pequeño Dieguito que ella deseaba tanto tener. La orquídea fue un regalo de Diego “Cuando yo lo pinté, tenia la idea de una cosa sexual mezclada con lo sentimental”.  El caracol explicó, alude al aborto. El orso femenino de yeso color salmon, Frida explicó que era si “idea de cómo explicar el interior de una mujer”.  La maquina de aspecto cruel que ella invento “para explicar la parte mecánica de todo el asunto”. Finalmente en la esquina inferior derecha está su pelvis.     

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Autorretrato en la Frontera entre el abrazo de amor de el Universo, la Tierra (México), Yo, Diego y el Señor Xólotl 1949.


 

 

Óleo sobre lienzo 70 x 60.5 cm.
Colección de Jacques y Natasha Gelman. Ciudad de México, México.

El tema de esta pintura contiene muchos elementos que se derivan de la antigua mitología mexicana. La incapacidad de Frida de tener niños la empujo a adoptar un papel maternal en lo que  respecta a Diego. En el centro de la pintura sostienen a su esposo Diego en un abrazo amoroso, que ilustra la relación combinada de hombres y mujeres, aunque la mujer es la figura que alimenta la vida, el hombre tiene el tercer ojo de la sabiduría en su frente, por lo que dependen e uno del otro.

Abrazando a la pareja humana estala madre Tierra Azteca, Cituacoatl hecha de barro y piedra, la figura que esa en la parte más externa la Madre Universal, abraza a Cituacoatl. En la parte frontal el perro Itzcuintli Señor Xolótl es más que simplemente una de las mascotas de la artista. Representa a Xolótl un ser que tiene la forma de un perro y protege la entrada del Más allá.
En esta pintura Frida presenta la vida, la muerte, la noche, el día, el sol, la luna, al hombre y la mujer; todos en una dicotomía recurrente que está profundamente ligada y se mantiene unida gracias a dos poderosos seres mágicos.

La Columna Rota 1944


 

 

Óleo sobre lienzo, montado sobre masonite 43 x 33 cm.
Colección de Dolores Olmedo Patiño. Ciudad de México, México.

En este autorretrato Frida se encuentra sola, llorando en una vasta llanura bajo un cielo tormentoso, quizá es su manera de decir que tiene que manejar su dolor físico y emocional por sí misma.
En 1944 cuando Frida pinto este autorretrato, su salun se había deteriorado hasta el punto de llevar un corsé de acero para sujetar su columna vertebral durante cinco meses. Lo describió como un castigo. Las correas del corsé parecen ser lo único que aguanta e cuerpo roto de la artista en una pieza y erecto. La dramática abertura en su cuerpo y las fisuras del seco paisaje se convierten en símbolos de dolor y la soledad de la arista. Este sentimiento se ve acentuado por el poderos símbolo de los clavos atravesando su cara y cuerpo. El clavo más grande que agujera su corazón representa el dolor emocional causado por Diego.
También lleva un mensaje humorístico: “Tienes que reírte de la vida…” Frida dijo: “Mira los ojos muy de cerca… las pupilas son palomas de la paz. Esta es mi bromita sobre el dolor y el sufrimiento”.
Frida originalmente se pintó completamente desnuda pero más tarde decidió que el desnudo distraía del tema central del  cuadro.

Autorretrato con mono y perico, 1942


Óleo sobre masonite 54.6 x 43.2 cm.
Colección de Constanini. Buenos Aires, Argentina.

Este es uno de los autorretratos de Frida Kahlo, en el cual incluye sus queridas mascotas. A principios de los años 40, Frida pintó varias obras y fueron sus mejores trabajos, muchos de ellos fueron autorretratos. Los colores son brillantes y alegres reflejando su estado emocional.

Esté cuadro se subastó en Sotheby´s, New York en mayo de 1995.