Óleo sobre lienzo 70 x 60.5 cm.
Colección de Jacques y Natasha Gelman. Ciudad de México,
México.
El tema de esta pintura contiene muchos elementos que se
derivan de la antigua mitología mexicana. La incapacidad de Frida de tener
niños la empujo a adoptar un papel maternal en lo que respecta a Diego. En el centro de la pintura
sostienen a su esposo Diego en un abrazo amoroso, que ilustra la relación combinada
de hombres y mujeres, aunque la mujer es la figura que alimenta la vida, el
hombre tiene el tercer ojo de la sabiduría en su frente, por lo que dependen e
uno del otro.
Abrazando a la pareja humana estala madre Tierra Azteca,
Cituacoatl hecha de barro y piedra, la figura que esa en la parte más externa
la Madre Universal, abraza a Cituacoatl. En la parte frontal el perro
Itzcuintli Señor Xolótl es más que simplemente una de las mascotas de la
artista. Representa a Xolótl un ser que tiene la forma de un perro y protege la
entrada del Más allá.
En esta pintura Frida presenta la vida, la muerte, la noche,
el día, el sol, la luna, al hombre y la mujer; todos en una dicotomía recurrente
que está profundamente ligada y se mantiene unida gracias a dos poderosos seres
mágicos.
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